Escribe Isra y publica su equipo – Este año olvidé por completo escribir mis tres palabras para 2024.
Lo cierto es que ahora mismo no las necesito. Sin embargo, sí ha sido una práctica muy efectiva a lo largo de estos catorce años que llevo desarrollándola. Sobre todo los últimos cinco años (aquí están: 2023, 2022, 2021, 2020, 2019), donde cada palabra que elegí se ha acabado por convertir en un camino que ha ido transformando mi vida.
Hace un mes llegaron a mí las tres palabras de Ricardo A Sánchez Montañés, es ahí cuando me acordé de las tres palabras para 2024.
Entonces pensé sobre cuáles podrían ser mis tres palabras para 2024.
Y nada vino a mi mente.
Lo dejé pasar unos días para ver que salía, sin forzar.
Nada apareció.
Decidí esperar unas semanas, ya con el enfoque puesto, sabía que algo surgiría.
Cero, nada, ni rastro de las tres palabras.
Entonces hice eso que sabemos hacer muy bien algunos, hacer que las cosas sucedan… Forzar las tres palabras para 2024, y ahí conseguí visualizar lo más parecido a lo que podrían ser esas tres palabras:
- Vacío.
- Práctica.
- No-forzar.
Las observé por unos minutos y las dejé reposar hasta el día siguiente.
Suelta las tres palabras y lo que sea
Cuando volví para valorarlas, rápidamente me di cuenta de que lo que estaba haciendo era engañarme a mí mismo. Estaba intentando convencerme de que necesitaba este superhábito de ultraproductividad que tanto me había servido mucho durante todos estos años.
¿Es eso así? De una forma u otra no era capaz de aceptar que era el momento de dejarlo marchar, no, mejor, no era capaz de aceptar que ya lo había dejado ir meses atrás. Dejar ir todo eso que no sirve, tal y como dejé ir las prácticas de buscar mis fallos más marcados y pronunciados año tras año, o los resúmenes de todo lo que había amasado, conseguido, hecho y creado durante cada vuelta al sol.
Las tres palabras para 2024: no hay palabras
La evidencia me ha atravesado por todas las partes, así que al menos este año, no hay tres palabras que me servirán de guía.
No sé si el año que viene las necesitaré o no, ahora toda experiencia me sirve de guía, toda palabra cabe en lo que soy y hago (o no hago). Todo adjetivo es válido para cualquier explicación, todo hábito o habilidad tiene cabida dependiendo de la circunstancia o la situación. No soy capaz de encontrar algo que sobre o que falte porque todo aparece en su justa medida. No busco nada que obtener o atraer ni rehuyo o rechazo lo que genera aversión o fricción, lo abrazo todo.
Literalmente estoy sentado aquí con todo lo que es, mirando fijamente a lo que amo y a lo que odio, abrazando mi genialidad y mi asquerosidad.
No hay palabras que ahora mismo puedan guiarme como me guía la misma experiencia de vivir momento a momento.
No encuentro palabras que me sirvan para vivir como estoy viviendo.
No existen palabras que puedan explicar lo que he comprendido desde que empecé La Gran Victoria en 2021.
No tengo palabras más que mis propios actos para plasmar que ha pasado después del retiro de 5 meses que hice conmigo mismo en 2023.
Si buscas captar la verdadera esencia de las cosas, solo tienes que poner el modo “silencio” a las palabras y quedarte con las acciones que nacen de forma natural y espontánea, esa es la única verdad en la que podrás descansar.
Cuando el trabajo que importa está hecho, no necesitas las palabras.
2 comentarios
Me encantó leerte, Isra. Es inspirador cómo reconoces que a veces soltar algo que nos ha servido tanto es lo mejor que podemos hacer. Tus reflexiones sobre el vacío, la práctica y el no-forzar dicen mucho, incluso si no terminaste eligiéndolas como guía.
Creo que dejar ir también es parte del crecimiento, y no tener palabras este año es, en sí, una declaración poderosa. Gracias por compartir este proceso tan honesto. ¡Es un recordatorio de que a veces menos es más!
Hola Adriana, soy Saray, respondo a los comentarios que le dejáis a Isra y los apruebo, muchas gracias por tu comentario, por tu apreciación y por ver algo así, seguro que a Isra le hace mucha ilusión.