Debes ser un cabrón

por que necesitas ser un cabrónEs importante ser un cabrón, al menos algunas veces. Es una habilidad que puedes desarrollar y te puede llevar lejos en el trabajo si sabes cuando utilizarla, de igual manera que la negociación o liderazgo de equipos.

La parte positiva es que la mayoría de nosotros hemos tenido tiempo de sobra para trabajarla. Seis o siete años en el colegio aguantando una educación sin apenas fundamento, tres, cuatro o cinco años sometido a una universidad que te entrega poco o nada. Añade varios años de becario o «en prácticas» siendo el más sacrificado y menos visible. Cambias de un trabajo a otro, aguantando a jefes inservibles, managers envidiosos sin escrúpulos, compañeros trepas, colegas «tiburones» que no dudarán en merendarte. Dime que todo eso y más no te enseña a ser un cabrón (o una cabrona, ojo).

¿Compromiso o focus?

¿Qué dirías tú? Esto es algo que aprendes en el tiempo. Cuando llegas a un sitio y tu trabajo es romper las antiguas estructuras, acabar con la resistencia al cambio, tumbar los muros internos que impiden que la innovación se produzca, vas a necesitas ser algo cabrón. Si quieres conseguir algo, vas a tener que sacrificar algo, cuanto más exacto, céntrico y conciso sea, más tendrás que dejar en el camino. Encontrarás muchos protestas. «No puedes hacerlo», «No te dejaremos», «Es justamente lo incorrecto», «¿Quién eres tú para hacerlo?». El truco aquí es no perder los papeles, ser un cabrón no es hacer la vida imposible a alguien, es hacer las cosas que sientes que debes hacer para obtener el mejor resultado posible en tu negocio, equipo o vida, incluso aunque deje a unos cuantos infelices por el camino.

Si lo haces, si adoptas esa postura de carbón hasta el final, nunca desistes y la defiendes con uñas y dientes, tarde o temprano los resultados hablarán y dejarán a cada uno en su lugar, esos mismos que te criticaron vendrán y apreciarán lo que hiciste. La clave, ser fiel a tu postura 100% para asegurarte un muy muy buen resultado. Debes continuar siempre hacia delante.

La definición adecuada

Además de esta, sería no la del típico comportamiento tiránico, tal y como un manager narcisista, perros de presa que huelen el miedo, acosadores o abusadores de poder. Tu sabes cuando ves a un completo idiota. Esa no es un habilidad que recomiendo perseguir. No escala. Nadie quiere trabajar con ese tipo de personas.

Un buen cabrón es alguien que está dispuesto a utilizar toda su astucia para empujar un objetivo o empresa que permanece atascada y va a permanecer inflexible e insensato hasta conseguirlo. Ser inflexible puede ser poderoso.

El momento de ser un cabrón

Esto es lo complicado, nunca sabes cuando serlo, así que la mejor estrategia es tratar de encontrar un equilibrio entre saber cuando dar un paso al frente, cuando darlo hacia atrás y cuando llevarte por delante a todo aquello que encuentres en el camino. Cuando la gente se da cuenta de que puedes estar entre los tres escenarios, las personas te respetan.

Saber cuando retroceder o disculparte

Claro, esa decisión, contundencia, capacidad de resolución, iniciativa, honestidad aplastante, integridad absoluta, empuje e ímpetu, en ocasiones te llevarán a líos importantes, más o menos, pero líos, eso no es malo, lo malo podría saber no retroceder o no saber cuando pedir disculpas por algo que hayas hecho. Admite que no tuviste toda la información para tomar la decisión, te precipitaste en el lanzamiento, no estuviste lo suficientemente enfocado o te confiaste demasiado.

Un cabrón que fracasa y reconoce errores e casi invencible

Viene de un estado de confianza que demuestra que tienes las capacidades y habilidad y que nadie es perfecto. Una de las mejores cosas que puedes hacer cuando eres un cabrón es admitir que te equivocas y has fallado. Me ocurre en cosas que emprendo incluso sabiendo que no funcionarán. Admite que realmente creías en algo y no salido bien. Sé siempre educado al hacerlo.

Serlo

Al final, todos somos un poco cabrones ¿no?, respetar y hacerte respetar, ser honestos, no esconder cosas y por supuesto, ser la persona que irá al fin del universo para defender la idea, proyecto, causa o producto en el que cree. ¿Quién no desearía trabajar con un/a cabrón/a así?

Photo credit: Matt Grant.

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8 comentarios

  1. Curioso ver cómo, muchas veces, esa etiqueta de «cabrón» te la aplican los más reacios al cambio antes de ver ni siquiera cómo trabajas, y que colgándote ese sambenito esperar hacer masa crítica para frustrar tus propuestas.

    Pero, efectivamente, si tienes bien claro el objetivo y por qué lo haces, al final se hace la luz y la gente, por lo general, si ve el cambio positivo, lo agradece y se retracta.
    Ojo, que también está el saboteador nato, para el que seguirás siendo un cabrón hagas lo que hagas. A esos, obviamente, ni caso y a lo tuyo, pero conviene mantener a raya a los reacios haciéndoles algún guiño para que te permitan seguir tu plan.

    Saludos y gracias por la reflexión, como siempre,

    Carlos (Prismalize)

  2. Si alguien no te permite seguir tu plan o bien no es tu plan o bien no deberías estar siguiendo ese plan.

    Gracias por la aportación Carlos.

  3. ¿y si lo llamamos liderazgo transformacional?
    La palabra cabrón tiene conotaciones muy negativas, sobre todo cuando entre sus cualidades se incluye la de; «incluso aunque deje a unos cuantos infelices por el camino»
    Creo que existen otras definiones que incluyen las cualidades (decisión, contundencia, capacidad de resolución, iniciativa, honestidad aplastante, integridad absoluta, empuje e ímpetu).
    A lo mejor tenemos percibimos la palabra de distinta forma, pero bajo mi punto de vista, cualquier meta que quiera alcanzar abrá fracasado en el momento que me convierta en un cabrón, a no ser claro, que mi meta sea la de convertirme en un cabrón.

  4. Por lo que leo David es cuestión de forma, no de profundidad, el nombre puede variar, si el objetivo es el bueno. Todo tiene diferentes enfoques y perspectivas, marcadas por nuestro «worldview».

  5. No se cuando escribiste este articulo; pero lo estoy leyendo en el momento que mas me falta e importa. Estoy en mi primera experiencia gerencial y me esta costando ser un cabron. Precisamente me toca estar en un lugar en donde se supone debo de romper los esquemas establecidos y siento que estoy fallando.

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