El marketing que impacta debe cambiar la cultura de tu gente – eso sí, de forma positiva. Es el marketing de empatía.
Me explico, hay muchas cosas que no están socialmente bien vistas, no está bien del todo opinar sobre «eso». Por ejemplo tratar problemas mentales como la esquizofrenia en directivos o la industria del porno. Luego hay otras cosas más o menos invisibles, no hablamos sobre esos temas porque no los vemos. Como las clases de Taichí o la ropa interior.
Pero, y esto es un gran pero, si tu producto o servicio cae en alguno de estos grupos o los que me dejo, lo que sufrirá será tu exposición de marca. El desafío entonces está en crear una cultura tal que la gente – tu gente – porte el mensaje con orgullo de un lugar a otro.
Soluciones al aplicar el marketing de empatía
Una solución para el estigma de los directivos tratando desórdenes mentales vía coaching es enmarcando esta actividad como una especie de club enfocado a compartir soluciones e ideas. Entonces ese cohorte se vuelve positivo, algo que merece la pena destacar y correr la voz. Lo mismo sucede con el porno.
Una solución para la poca relevancia de las lecciones de Taichí para niños podría ser hacer algo excepcional sobre esta disciplina, y llevarlo fuera del lugar donde se enseña – quizá vestir un uniforme especial para su práctica que pueden vestir desde que salen de casa hasta que vuelven. Incluso crear «retos» en la vida real para los jóvenes estudiantes, relacionados con sus enseñanzas. Eso lograría que los padres presuman de lo que sus hijos hacen y han descubierto con este tipo de arte marcial.
Una solución para la naturaleza escondida de la lencería podría ser diseñar prendas muy alocadas y totalmente desconjuntadas, que fueran tan interesantes que quisieras mostrarla – convirtiendo un boxer en una prenda que alguien quiere mostrar a sus compañeros.
Objetivo: cambiar la cultura – marketing de empatía
Las ideas detrás de estas soluciones, y de muchas otras, en las que trabajamos en IG, tenían una cosa en común: están centradas en la empatía. El profesional del marketing pensó de forma muy cuidadosa en los miedos, vergüenzas, deseos y pretensiones de las personas que buscaba impactar. Entonces, construyó un salvoconducto, un cambio cultural que encajó con la visión del mundo de cada público.
Varias preguntas para ti y tu negocio:
- ¿Qué hace que tu gente no hable sobre tu producto/servicio?
- ¿Qué lo dificulta?
- ¿Cuál podría ser la forma de cambiar su cultura de forma que ellos quieran correr la voz sobre lo que haces?
La clave: crear una norma cultural que haga que otros hablen sobre lo que haces, es decir, utilizar el marketing de empatía.
Atribución imagen: C-Monster.