Vídeo final resumen de la experiencia
He dejado este vídeo que publiqué unas horas antes de abandonar el templo, en él explico lo que me llevo de esta experiencia vital que es practicar el zazen, es decir, solo vivir:
[Escribe Isra – edita y publica equipo IG] – Hace unos meses pasé unos días en el Monasterio Zen Francés Kanshôji. Un retiro de introducción a la práctica de zazen al que había decidido ir a solo sentarme en un cojín y a pasar unos días de tranquilidad, conexión con la práctica cotidiana y entrenamiento en aquí y ahora, eso después de ya haber dejado toda mi actividad online, pública y la mayoría de proyectos y negocios en los que participaba, dejé hasta la línea telefónica que había llevado desde mi primer teléfono. No fui solo, invité a una gran amiga, Elena Ger, a que me acompañase y que esto además nos sirviera como una especie de despedida hasta que nos volviéramos a ver.
Durante mi estancia en el Templo y Monasterio Kanshôji, actualmente el más importante de la escuela Soto en Europa, fui tomando notas de lo más relevante que fui viviendo cada día. Lo hice a modo de integración, no exhaustiva, sino que iba creando pequeños despertares. Cuando el retiro de introducción terminó, dejé aparcadas todas esas notas, hasta hace unas semanas que decidí retomarlas para continuar la parte más importante de la integración, integrar la experiencia en el día a día.
Pues bien, a continuación encontrarás esas notas que fui tomando, algunas son citas de maestros y el que en ese momento era el abad del Monasterio Kanshôji: Jean-Pierre Tauin Faure. También encontrarás otras explicaciones, otras reflexiones y aprendizajes propios, y algunas conclusiones generales y más específicas. Deseo que te sirvan y quizá te despierten, como lo hicieron conmigo.
He dividido esta integración y resumen por días, estuvimos 5 días, así que hay cinco secciones principales. En ellas explicó que encuentras dentro de cada una. Toma cada sección como algo independiente al mismo tiempo que forma parte del conjunto, bonita contradicción ¿verdad? En algunas destacó aspectos de la práctica e instrucciones sobre diferentes aspectos del zazen, y en otras reflexiones personales, encuentros con el abad y sesiones de preguntas y respuestas.
Vamos a ello:
Día 1 – Introducción en Kanshôji
Empezamos tan pronto como llegamos al Monasterio Frances Kanshôji:
Anotaciones relevantes:
Salta a la práctica completamente.
Practica en el ruido, no en el silencio, esa es la mente zen.
Disfruté mucho viendo como ghifu, el encargado de amenizar la meditación y la relación con las personas, en medio de la presentación y bienvenida, recibe una llamada, coge el teléfono y se marcha si más, sin preocuparse, eso me ayuda a ver que no hay que dar demasiada importancia a lo que sucede, solo ha pasado, no hay un juicio, y si lo hay es tu problema.
Confiar en el proceso.
En el Zen no practicas para ti mismo, practicas para todo el mundo y para todos.
Estoy aquí para nada.
No tienes que hablar mucho, no pienso que debas hablar en absoluto.
Cuando alguien me pregunta que hago, siempre empiezo con “escribo”, creo que es algo significativo.
Hace bastante frío paa ser agosto y eso me encanta, estoy de nuevo en una tienda de campaña, como en el último vipassana, y me encanta. Estoy incómodo y me encanta. Estoy algo sacudido y me encanta.
Si tengo un problema con alguien, no es su problema, es mi problema con esa persona porque lo estoy haciendo persona, y en caso de un buen (o mal) amigo, siempre se es honesto, por el bien de uno mismo.
No escribas, no leas, permite que la vida normal suceda. Fue aconsejado profundizar en el monasterio, en la vida monástica y en el zen, y me pareció sensato, accedí, en parte.
Por el COVID, a los nuevos en el Monasterio Kanshôji, a los que venían a la introducción, nos colocaron en tiendas, y en esa parte de Francia, a pesar de ser agosto, hacía bastante frío, más del que esperaba (gestión de expectativas), lo que significa que iba a ser excitante e interesante el bailar con ello. Además, la humedad en las tiendas también era alta.
Decidí no vestir muchas prendas para sentir el frío y entrenarlo, más que el frío, la mente y el nivel de disconfort.
Continué con las restricciones en la comida, comiendo más conscientemente y más lentamente.
Decidí también ir en completo silencio durante todo el retiro, no solo por los dos primeros días como nos aconsejaron.
El centro Kanshoji está situado a tres horas en tren desde Burdeos. Está en medio del bosque y es bastante grande, el más importante de Europa en la actualidad con una actividad muy intensa.
Día 2 – Tankaro y silencio completo (algunas impresiones destacadas)
Despertamos a las 6am, a las 6:30h estábamos en la introducción al zazen con el maestro. Fue él mismo quien diseccionó la secuencia completa y nos explicó cómo hacer zazen. Aprendí cómo girar las piernas y hacer algunas correcciones en mi postura: relajar los hombros y empujarlos hacia abajo y echarlos un poco para atrás alienándolo con la espalda y el cuello. Cuando acabamos, nos unimos al resto del grupo para una sesión de zazen de 30 minutos.
Dicha sesión fue en el dojo. Allí pude observar cómo tenía pendiente una conversación con uno de mis mejores amigos, estaba presente, lo cual era un indicador de que había una conversación que mantener, acepté lo que se me mostraba y dejé que pasara. Al mismo tiempo, el abad Jean-Pierre Tauin Faure empezó a dar algunas instrucciones mientras meditamos. Nos habló sobre encontrar la paz pero no perseguirla, ya está con nosotros.
La sesión fue rápida al menos para mí, sin dolor, solo pensamientos apareciendo y desapareciendo. Ese amigo y esa conversación eran mis maestros. El regalo que vi fue sobre hablar mi verdad sea frente a quien sea y compartir con ese amigo mi vulnerabilidad, mi virtud y mi verdad. Aprendí que no puedo cambiar cómo es él, pero puedo cambiar cómo me siento sobre sus acciones y sobre su persona y sobre lo que pase después.
En cuanto a la postura, sentía la columna recta y con las dos correcciones que me hicieron en la introducción me ayudaron a conectar con Radio Buda como decía Daizan Soriano.
Más tarde tuvo lugar un momento para el café y un tour por el monasterio. Allí aprendí que suelen haber garrapatas, y que si tienes alguna no debes arrancarla, sino el equipo del monasterio lo hará con seguridad.
Aprendizajes y conclusiones del día 2:
Todo es perfecto incluso aunque no pienses que lo es, hackéate a ti mismo.
“¿Cómo va tu práctica meditativa?”, “¿Cómo dormiste?” – si persistes en la práctica, la práctica será tu modo por defecto: “genial”.
Allá donde voy el Phyto Detox, Supergreens, Superfruits y cordyceps me sirven enormemente.
Las garrapatas me enseñan que todavía tengo algo de apego a la vida y miedo a la muerte.
Practicar la moderación te ayuda a disfrutar tanto de los extremos como del camino medio, y disfrutar de cualquier cosa sin verte turbado por su placer/ansia o dolor/aversión, porque estás justo en el medio.
Realizar Qi Gong en el lago fue algo mágico, porque pude conectar con la energía del agua y la interior.
Cuida a otros, regálales lo que tienes (chocolate en este caso) y tú (sonrisas)
Los periodos de zazen pasan a 20 minutos para los que estamos en Tankaro, además de dos días de silencio como comentaba anteriormente. Estamos acompañados de cuidadores (monitores, dos personas), se come con cubiertos, no se permiten los palillos, hay muchísimo ajetreo, hay más Samu (trabajo consciente) que práctica de zazen.
Me doy cuenta de que no importa nada lo que pase, si tú lo deseas puedes ser inalterable. Puedes ser inamovible, solo hay que decidirlo cuando más complicado es.
Día 3 – Notas destacadas, observaciones y pequeños despertares (darte cuenta de)
Cuando realizo un día de ayuno total (24 horas) en un retiro me encuentro más enfocado y conectado.
El tiempo es un gran maestro, siempre te gana la carrera.
En zazen hablan sobre la historia de Bashô y del maestro que quiere pulir una teja para convertirla en un espejo, algo imposible. Bueno, lo mismo sucede con querer convertirse en un Buda cuando meditas, ya somos Buda antes de sentarnos, el proceso de sentarnos es para darnos cuenta de que ya lo somos.
No tener objetivo, la propia práctica es el objetivo, la propia práctica es Buda, la vida es la meta. Practiquemos entonces para vivir, vivimos para practicar, solo estando en la práctica cotidiana podemos ser Buda, porque ya lo somos, solo hay que hacer lo que estamos haciendo: comer, meditar, dormir, así somos Buda. Somos la vida, solo no hay que esperar nada, no hay que querer obtener nada (Mushotoku)
Dejar marchar el apego, los comentarios, los juicios, ideas fijas, las expectativas, eso es despertar.
No importa que otros hablen otros idiomas y uno no entienda nada (como en el caso de hablar Francés en este monasterio). Lo tomo como que no lo debía entender sin tener que significar nada más.
Encuentro en Kanshoji con el maestro Jean-Pierre Tauin Faure (Abad):
Como acto oficial en el monasterio, todos los practicantes nuevos tuvimos un encuentro en abierto con el maestro Taiun, que además era el Abad en ese momento del templo Kanshôji.
Nos explicaron que es tradición para el gran maestro conocer a cada persona.
Aquí hago una recopilación de las notas que tomé con todo lo que me llamó la atención de este encuentro:
- Las palabras deben venir del corazón.
- De mente a mente, corazón a corazón, el zen es una transmisión de persona a persona.
- Buscamos en el futuro, en todos los tiempos el futuro siempre ha sido incierto, y ha sido así desde los albores de la humanidad. Ahora estamos más acompañados, protegidos y más apoyados que nunca y aun así nuestra mente está más agitada que nunca, esto sucede porque hemos perdido la fe en nuestra condición humana más profunda.
- Estamos preocupados, amedrentados, solo podemos acceder a no tener miedo cuando confiamos en nuestra condición humana.
- Momento tras momento nuestra energía vital se renueva (metáfora Cocodrilo Dundee cuando llega a la ciudad y poco a poco va adaptándose a una nueva vida)
- No se trata sobre la fé en algo, sino nuestra fé en nuestra más pura naturaleza, en lo que somos, somos fundamentalmente Buda, somos parece del universo.
- Permitimos que la realidad llegue directamente tal y como es a nuestro corazón.
- La estrategia no está en nuestra mente sino en nuestro corazón.
- El zen propone que vuelvas a lo que eres, existes pero no te preocupes por ello.
- Tienes que permitir que aparezcan las cosas que no quieres ver.
- Permite que todas las formas aparezcan hasta que llegues a antes de que las palabras se formen.
- Eres parte de esta realidad que está sucediendo, no lo analizas, no lo comentas, eres parte de ello, uno con esta realidad, sin limitación alguna permites que la realidad pase tal y como es.
- No calcules, no planifiques, no calendarices, la contemplación es lo que viene antes.
- Mientras estas pensando la realidad está pasando en frente tuya.
- Permitimos que los pensamientos nos dominen y nos adiestren.
- Lo que necesitamos hacer es dejar que la existencia sea como es, ¿cómo? Contemplando, con gratitud, amor verdadero, dándose cuenta, sin miedo.
- Para experimentar la realidad los pensamientos tienen que estar de acuerdo con la realidad, necesitamos pensar desde el no-pensamiento (hishiryo).
- Si no eres uno con la situación, entonces es que estás loco.
- Siempre necesitamos pensar y tomar decisiones, pero solo eso, solo ahí hay que pensar.
- La mente original es pura y universal y se manifiesta en la impermanencia y la interdependencia, yo existo porque todo existe.
- Recibo con el corazón abierto todo de todo el mundo, estoy tocado en cada momento.
- Mi práctica es sentarme, permitir que el sufrimiento aparezca tal y como es.
- Invitemos a las personas a ver las cosas de forma diferente.
- Nuestros problemas son fundamentalmente egoístas.
- No luchemos contra nuestro lado oscuro, abracémoslo, mantengamos nuestra mente abierta. Dedícate totalmente a la realidad.
- El ego no es algo que tenemos que matar, solo necesitamos gestionar su poder, ¿cómo? Poniendo la vida de uno al servicio de otros.
- Sea lo que sea lo que aparezca en tu mente, permite que desaparezca, necesitas coraje. El despertar requiere coraje y viceversa.
- Siéntate a meditar con fé, acéptate a ti mismo.
Estos encuentros estumulan el cuerpo y el alma más que la mente.
Clase de corrección de la postura:
Tuvimos un gran regalo y fue una sesión dedicada exclusivamente a la corrección de la postura al sentarnos a meditar en zazen. A continuación las notas destacadas de lo que aprendí:
- Imagínate una línea desde el centro de la tierra que se une con tu columna, mentón y nuca.
- Empuja la pelvis hacia delante y encoge el mentón.
- El problema es que cuando bajamos la vida, muchas veces bajamos la cabeza.
- Para encontrar la postura correcta debemos entrar en intimidad con nosotros mismos.
- La inmovilidad es necesaria, luego la mente y el cuerpo deben ser uno.
- La postura después de la inmovilidad debe ser cómoda, sino hay algo que no está en su sitio.
- Abre los hombros.
- Truco para sentarte correctamente: abre las piernas, una vez te sientes, apoyas y levantas el culo para apoyarte bien.
- Si la postura es buena en los lumbares, el cuello y los hombros son buenos en la postura.
- Acepta lo que te ocurre, sean dolores, hormigueo o sufrimiento.
- Si tienes la pierna dormida,aprieta entre el dedo gordo del pie para corregir lo que sea.
- El zafu, el tamaño, tu adaptación, el tipo que mejor se ajuste a ti, la altura, todo eso importa mucho,
- Bascular la pelvis hacia delante es muy importante, eso sí, de forma sutil.
Notas personales del día:
La moderación es el próximo paso sin duda. El experimento para mí ya no es moverme en los extremos, sino manejar los términos medios, eso ya es un nuevo maestro para mí y un nuevo camino:
Moderación al hablar, al moverme, al comer, al hacer, al gastar, al tener, al beber, al irse de fiesta, al dar o recibir.
Me di cuenta de que todo está sucediendo de forma armoniosa, que todo tiene su belleza en tal y como es y no hay nada fuera de lugar, aunque nuestro ego nos haga pensar que sí.
En el último zazen del día nos hablaron de ir más allá, de la existencia pura (Satori), la condición normal. Volver al niño como decía el maestro Teshimaru. Finalmente eso es lo que somos, pero a unos cuantos nos cuesta más que a otros volver a lo que en zen se conoce como “la condición normal”.
Para terminar el día pienso que este es un buen retiro para empezar en zen-zazen, si bien es cierto que en 20 minutos no tengo todavía la suficiente experiencia como para profundizar, por eso necesito sesiones más largas. O quizá lo que me digo es una ilusión.
Día 4 – día de preguntas y respuestas
Comenzamos el día con una sesión de zazen donde el abad en su enseñanza resalto la postura corporal (aquí hay una explicación para principiantes que escribí hace unos meses)
Preguntas y respuestas con el Abad y maestro Jean-Pierre Tauin Faure:
Durante el día se nos presentó la oportunidad de tener un espacio a solas con el gran maestro del Templo Kanshôji, uno de los discípulos de Taisen Deshimaru, al igual que mi estimado amigo Dokushô Villalba. En las siguientes líneas escribo las anotaciones más importantes que recogí de ese encuentro:
- El propósito es ser y estar de acuerdo a la realidad que vivimos.
- Una vez el maestro Dogen dijo “mi enseñanza solo puede ser escuchada por aquellos que estén en la misma sala que yo” (respondiendo así a la posibilidad de entrevistarlo para el podcast, a la cual dijo “no”)
- El Zen pide no apegarse a los pensamientos, necesitamos una mente extremadamente ágil y rápida.
- Una vez has decidido qué vas a hacer, hazlo, hazlo con todo tu corazón.
- Cuando pintes, no dejes que los pensamientos lleguen a tu mente, solo pinta.
- El Abad se mostró tajante ante mi propuesta de entrevista como decía, ahora dijo que la haríamos, pero formulando las preguntas adecuadas y sabiendo que recibiría correctamente las respuestas (finalmente acabamos por no hacerla debido a su agenda tan intensa esos días)
- El Zen dice sí a cada sabor de la vida, aceptamos cada situación y no rechazamos ninguna de esas situaciones. Todos los sabores son interesantes.
- Abracemos los extremos, las contradicciones, los rechazos, lo contrario, lo diferente, opuesto, distinto, todo es lo mismo.
- El Zen nos enseña a verte a ti en el mismo momento.
- Cuando practicas Zen lo que haces es entrar a una situación sin armas o escudos, solo con una gran presencia de mente. Necesitas una mente que esté disponible para ti en ese mismo momento.
- La cosa más importante es la realidad que hay frente a ti.
- El arte es música, el Zen es música.
- Testimonio personal del Abad (que raramente ha hablado de sí mismo, nos decían sus discípulos luego): No tenía apenas confianza en mí mismo durante mucho tiempo, así que no hablaba la verdad que había en mi interior. Por lo tanto, no podría realmente existir de forma total en las situaciones. Me di cuenta de ello, tenía tantas estrategias en la cabeza que si siquiera podía dar la respuesta, no podía ser espontáneo. Así que lo que hice fue enviar todo a la nube, me quedé sin nada, entonces todo fluía naturalmente.
- No deberías tener nada en tu mente, envía toda la información a la nube, aparecerá cuando la necesites.
- Hack a raíz de este testimonio: enviar todo a la nube, todos los pensamientos, emociones y sensaciones y estar continuamente despierto, disponible y entregado a lo que hay frente a nosotros.
- La vida no se puede dominar, no es fija ni estática. Esta naturaleza tan profunda nunca encuentra un obstáculo, va donde necesita ir.
- tienes que aceptar todas las situaciones como una sola.
- Si no sabes cómo enfrentar los grandes problemas, no puedes ser feliz.
- Cuando estamos distraídos lo que estamos intentando es evitar la realidad.
- Veo claramente la condición humana, una vida que es finita.
- No lo puedes saber antes de que suceda.
- Por favor, confía en tu condición Buda, eres un niño del universo.
- “Qué maravilla, volver a ser uno con el misterio” – Bodhidharma.
- Solo vamos donde sabemos.
- Taui nos contó su historia, perdió a su mujer con la que había tenido tres hijos, vio los límites del cristianismo, vio cómo mientras que era profesor, el 40% de alumnos hacían trampas para aprobar los exámenes. Entonces como el Zen se dio cuenta de que iba a ser un profesor diferente: “voy a enseñar cómo devolverle a la mente su condición original”
- Todo va sobre aceptar la experiencia que estamos teniendo con ecuanimidad total, con aceptación, rendición, amor y confianza, sabiendo que ese es el propósito, ser el experimentador viviendo la experiencia.
- El sentimiento oceánico, no hay miedo, precipítate hacia lo desconocido y lo misterioso, donde está el amor, la paz, la gratitud y la calma.
- Tú eres la experiencia en sí misma.
- Necesitamos armonizar todas las formas de funcionar que se nos ocurran.
- Si acabas matando una vida, ¿cuál es el propósito entonces del conocimiento?
Si estás presente no aprendes, lo vives, eso es lo que sentí en la sesión.
Nota final complementaria:
Me encanta que me llamen la atención de vez en cuando, algo que ocurrió en este retiro varias veces, cuando un día me dormí, cuando en ocasiones voy a la mía o me escaqueo, o cuando pregunto más de la cuenta, cuando hago sin consultar, cuando practico mis prácticas, etc.
La verdad es que esso me ayuda a verme en el otro lado, porque muchas veces soy yo quien amonesta o llama la atención (desde el amor radical), este día ocurrió varias veces, no fui al desayuno, busqué mis tiempos para incorporarme a las actividades… Vinieron a despertarme una vez, a llamarme la atención otra, a decir que hiciera las actividades en el bosque, siempre alegando el no romper la armonía con todos, algo que tiene mucho sentido. La última del día fue cuando hablaba con Elena durante el Samu (trabajo consciente) y esperábamos juntos los zapateros del monasterio, lo que hice fue sonreír como hacía cuando era pequeño y hacía todo tipo de trastadas, desde tirar huevos, bombas fétidas en los bares y portales o falsificar las firmas de mis padres.
Volver al niño, eso es.
Día 5 – Último día (las lecciones)
Las más grandes lecciones de este retiro Zen en el Monasterio Kanshoji me las llevo fuera del dojo: pelando patatas, troceando ajos, arrancando hierbas, desmontando carpas, aspirando zapateros, siendo subordinado y actuando como tal.
He aprendido a vencer resistencias ofreciéndome para lo primero que se anunciaba (incluso aunque fuera en Francés, no lo entendiera y tuviera que pedir que por favor lo tradujera, porque no sabía a qué había dicho “sí”).
Te das cuenta de muchas cosas cuando lavas la vajilla, cuando la colocas en su sitio cuidadosamente, cuando troceas perejil y pelas cebollas. ¿Qué y por qué? Nada de esto son acciones muy habituales en mi rutina y de una forma u otra, me resistí a ello, por eso lo hice. Por eso me ofrecí a todo lo primero que tuviese la oportunidad, de forma indiscriminada, por supuesto. Primero te fuerzas a sonreír y a estar más disponible y receptivo para cualquier corrección y feedback de la persona a cargo del área asignada. Luego, una vez entrenas, ya sonríes solo, igual pasa con la resistencia a algo, que o bien te causa malestar, incomodidad o pereza, o las tres.
Este retiro ha predominado, sin duda alguna, una práctica mínima de zazen en el dojo, pero una gran carga de zazen consciente esparcido en la práctica cotidiana (llamado trabajo consciente o Samu), lo cual aplica a la vida misma, mismas fricciones, mismas reacciones, mismas resistencias que en la vida porque es la vida.
Mi gran maestro fue aplicar el zazen (la meditación, el darte cuenta, el aquí y ahora) a la cantidad de tareas del día a día que realizamos en estos 5-6 días. Esto fue lo que la realidad me presentó, tuve que bailar con ello, quise bailar con ello, armonicé mi interior con la música que estaba tocando en el Monasterio Kanshoji.
Algunos aprendizajes que destaco:
De pelar patatas aprendí que no es lo rápido que las pelas, sino lo que tú te adaptas a la forma de la misma patata al pelarla. Al hacerlo con atención y sutileza, el corte con el pelador es más limpio, amplio y eficiente.
De trocear ajos aprendí la exactitud con la que se puede operar cuando dejas a un lado la prisa por acabar y te centras en el resultado de hacerlo mientras lo estás haciendo. En ese momento, cuando adoptas esa orientación al proceso, las distracciones desaparecen, ¿para qué hablar si lo estás haciendo? ¿O para qué quieres detenerte en los pensamientos si deseas lo que estás haciendo?
De arrancar hierbajas aprendí que no es la fuerza con la que quieres penetrar hasta la raíz para arrancarla, sino comprender dónde está esa raíz y cómo de profunda es. Es entonces cuando puedes llegar con mucho menos desgaste energético.
Desmontando carpas aprendí que es importante no pensar en todo lo que hay que hacer, sino en ir lo más en pequeño que se pueda (el poder de “micro”). Me refiero a tornillo a tornillo saboreándolo como una gran victoria que no deja de aparecer.
Aspirando zapateros aprendí que multiplicar el progreso al llevar a cabo una tarea (proyecto o responsabilidad) es cuestiçon de diseccionar un objetivo, dividirlo por fases y coordinarte/comunicarte con otra persona (gracias Elena Ger por hacerlo juntos)
Siendo subordinado aprendí a elevar, apoyar y respetar al “encargado” y no cuestionar ni sus decisiones ni instrucciones, a no ser que sea algo más allá de lo obvio. Es sobre dejar tu ego a un lado y disfrutar del poder ajeno para contribuir a una causa mayor que uno mismo o uno solo, armonizar con todos y todo.
Pelando perejil aprendí la importancia que la herramienta que utilizas es decisiva primero en el proceso y luego en el resultado final.
Pelando cebollas aprendí cómo de presente puede estar uno cuando solo respiras mientras haces una sola cosa, por muy mundana que sea. Acabas, sin querer, aislándote de todo lo demás, solo estás ahí, eso en esencia y de forma muy simple, es meditar.
Finalmente, siendo o tratando de ser siempre el primero que se ofrecía para lo que fuese, sobre todo a por lo que no me hacía especial ilusión, aprendí a que las cosas no tienen por qué gustarte para hacerlas, solo hay que ir y hacerlo, nada más, nada menos.
Pd. Accede aquí a la experiencia en el retiro de introducción en el Templo Luz Serena en Requena (Valencia)
2 comentarios
Gracias
Soy Saray Ana, ayudo a Isra ahora que sigue por más de 2 años de sabático experimental indefinido, te respondo para agradecerte tu comentario 🙂